Work on Yourself to know and manage yourself better
Working on ourselves is the most sacred and generous act that we can carry out during the course of our existence, from when we arrive to when we leave this plane.
Life comes to evolve through each one of us. Thus, within every human life resides a portion of the Whole that was given to us to be honoured and expand our consciousness for our benefit and future generations.

Of course, there is free will; it is not our destiny to work on knowing ourselves and becoming more aware with each decision we make. We can choose to evolve or remain in the same place. Or rather, to "last" or "mature" over time, which is not the same thing. We can keep hitting the same wall throughout our lives or develop wisdom that allows us to transcend the same old mistakes and not perpetually repeat the same patterns.
Working on ourselves makes life easier as it prevents us from constantly repeating the same mistakes and allows us to share our talents and gifts with the world. It is also a shared responsibility toward all of humanity. If we complain about the world we live in, we must know that we can change it, and our contribution is to give our best to others and ourselves by living with more freedom and fewer limitations.
"If you want to change the world, change yourself." - Mahatma Gandhi. And I would add... if you want to do yourself a favor, work on yourself to avoid wasting your life by making the same mistakes that lead you to the same places.
If you seek significant change, don't expect immediate results. The word "work" implies understanding from the start that there are no magic recipes, nothing is instant, and it cannot be achieved in a weekend retreat. Skipping steps can leave us uncooked on the inside. Yes, working on ourselves is much like sewing the rawest parts of our personality.
There are no superior personalities; there are more integrated and less integrated personalities. The same personality can function from its light or its shadows. Moreover, at different moments in our lives, even within the same day, we can experience moments of clarity and moments of ignorance.

Somos multitud. Renunciemos a la falsa creencia de un único "Yo"
El trabajo con uno mismo supone ampliar la conciencia de quienes somos, conocer todos las partes que componen nuestra intrincada personalidad y desarrollar un sano liderazgo para que ninguna de estas partes aisladas se arroje el poder de comandar nuestra vida y llevarnos inconscientes de las narices, tal como si estuviésemos hipnotizados y programados..
Es importante comprender que la personalidad no es una pieza de mármol unificada, se parece más a un mosaico de diferentes colores, con piezas de distintos tamaños, hasta de diferentes texturas. Es por eso que a veces no nos comprendemos siquiera a nosotros mismos. Pensamos de una manera, después pensamos de otra, nos comportamos convincentemente de un modo y al cabo de un rato, podemos incluso llegar a avergonzarnos de eso mismo de lo cual estábamos absolutamente convencidos.
El poeta Walt Whitman en una maravillosa frase expresa a la perfección lo que intento transmitir:
Yo soy inmenso y contengo multitudes
¡Exacto! Esta es la realidad de nuestra compleja personalidad. Dentro nuestro conviven infinidad de partes, de "yoes" o "su-personalidades". Algunas más crecidas y evolucionadas, otras más primitivas y torpes.
El trabajo sobre sí nos ayuda a conocer nuestra personalidad en profundidad ¿Para qué? Para ser soberanos y no esclavos de cada una de las piezas que componen el complejo rompecabezas de la figura que formamos.
Desplegar conciencia en un trabajo terapéutico es hacer una especie de inventario de cada una de estas piezas que nos componen y aprender a gestionarlas con conciencia para que no emerjan como resortes desde la inconciencia y la imposibilidad de liderarnos como buenos monarcas de nuestro reinado.
Una persona que no se conoce y no trabaja de manera ardua su personalidad, no decide. Sus partes irrumpen de manera desordenada e impulsiva reaccionando a los estímulos de su entorno externo e interno.
Las emociones que suelen experimentar las personas que no se toman el trabajo de conocerse son arrepentimiento por lo que no hizo, enojo por lo que hizo, contradicción interna, confusión, desconcierto y sensación de enajenamiento… Y al cabo de un tiempo, emergen desde dentro las preguntas:
- ¿Quién soy?
- ¿Cómo es posible que sienta esto, piense lo otro, me diga una cosa y haga lo contrario?
Este caos es debido al desconocimiento acerca de cómo funciona nuestra personalidad. En cambio, cuando nos conocemos en profundidad a partir de un comprometido trabajo personal, la personalidad deja de tener tanto protagonismo y se transforma en apenas un instrumento para expresar en nuestra vida nuestra verdadera y auténtica esencia.
Mientras la personalidad siga haciendo tanto ruido y esté tan desafinada, no podemos escuchar la melodía de nuestra esencia, que es nuestra autentica naturaleza. Trabajar nuestra personalidad es como ir sacando capas y más capas, sacarle su densidad para volverla más permeable a la fluidez y ligereza de la esencia.
Cuando hacemos contacto con nuestra esencia, podemos ejercer todas nuestras partes desde la plena conciencia, ser directores de nuestra orquesta. Desde la esencia es cuando realmente podemos cantar nuestra canción, expresar nuestros dones y talentos y recuperarnos más rápidamente de nuestras brechas de raptos de inconciencia, porque ya sabemos dónde volver cuando nos perdemos, porque ya sabemos pararnos cuando nos caemos.

Cuando hacemos contacto con nuestra esencia, podemos ejercer todas nuestras partes desde la plena conciencia, ser directores de nuestra orquesta
Armonizar la superficie de nuestra personalidad para dar lugar a lo más hondo de quienes somos es el acto más heroico que podemos ejercer hacia esa parcela del Todo que nos fue dada para devolverla más evoluciona y clara.
Transformar nuestro plomo en oro es volvernos alquimistas de nosotros mismos. Es allí cuando nos sentimos completamente realizados… porque realizarnos es “volvernos reales” y esto solo es posible cuando trascendemos las capas superficiales de nuestra limitada personalidad. Y somos capaces de trascenderla cuando la conocemos en profundidad, la ejercemos con conciencia y dejamos de enredarnos en ella.
Si cada uno de nosotros convierte en oro su plomo y en luz su oscuridad, sin duda este mundo sería mucho más luminoso. ¿Estás haciendo tu aporte?
Cuando hablamos de dejar un mundo mejor para nuestros hijos… eso no es ni más ni menos que trabajar cada uno consigo mismo.
También te puede interesar: